Nos resulta sencillo describir la campaña de alfabetización en la lengua materna que tuvo lugar, entre mediados de 1991 y finales de 1993, en la extensa zona guaraní de Bolivia. Después de la planeación del aporte institucional y técnico de proceso, el contacto diario hizo que el compromiso fuera en aumento, al punto de volcar todo el esfuerzo en su ejecución. La sensación de estar acompañando un proceso de dimensiones desconocidas, nuevo y desafiante, nos queda hasta ahora. La sencillez y entrega de los alfabetizadores, contrastada fuertemente con la complejidad de los intereses de quienes, hoy, son dueños de las tierras guaraníes, hizo que pusiéramos todo nuestro empeño en la tarea.